DAHL, D. (1984). Boy (relatos de infancia). Madrid: Santillana.
¿A qué alumno no le gustaría leer las travesuras realizadas por un escritor en su juventud, casi cien años atrás, y descubrir que estas no son tan distintas de las protagonizadas por él mismo? Esto es lo que Roald Dahl nos muestra en Boy (relatos de infancia): un recorrido por diversas anécdotas de su infancia y adolescencia, cada una de ellas más inverosímil y divertida que la anterior. Mediante una serie de capítulos breves ordenados cronológicamente, accedemos a las primeras experiencias vitales del autor: su nacimiento en una familia con buena disposición económica, su contacto con las apasionantes vacaciones de verano en Noruega, sus primeras enfermedades y relaciones con el aterrador mundo de los médicos… así hasta llegar a los años de colegio, los más felices y anecdóticos, aunque empañados por la añoranza del entorno familiar y el comportamiento abusivo de profesores y alumnos mayores.
Boy es una de esas obras que considero imprescindibles para cualquier alumno de secundaria –¡y, por supuesto, niños y adultos de todas las edades!-. El estilo es limpio y sencillo, lo que nos permite avanzar con rapidez a lo largo de todos los capítulos e ir saboreándolos en su brevedad. Los alumnos se darán cuenta de que las tropelías sin malicia de aquellos estudiantes internos de un colegio inglés son muy similares a las que a ellos mismos han llevado a cabo alguna vez en su infancia. De la misma manera, también en esta historia tenemos sentimientos universales: la felicidad de emprender un viaje en familia, la nostalgia cuando se está fuera del hogar, la sensación de honor y unidad al no delatar a un amigo culpable… en fin, todo ese anecdotario de juventud es una manera sencilla y eficaz de aproximar al alumnado a una lectura amena, divertida y, sobre todo, actual.
- Sí, pero ¿qué le pasa a uno cuando la coge? -había inquirido el pequeño Thwaites.- Se te ponen los dientes muy afilados y puntiagudos -había respondido el padre-. Y en la espalda, un poquitín más arriba del culo, te crece una cola corta y mocha. La ratitis no tiene cura. Lo sé muy bien. Por algo soy médico.
No conocía esta obra Patri, así que tu reseña me ha parecido muy interesante. De este autor guardo muy buen recuerdo de otras obras, como la súper conocida Matilda u otro libro titulado Las brujas, que recomiendo a todos aquellos que no lo hayan leído. Recuerdo que en aquella época del colegio me gustaban mucho las historias de magia, brujas y vampiros (al estilo de la colección de El pequeño vampiro o Pesadillas)y el relato de Roald Dahl me gustó mucho y luego me iba fijando en las fachadas de las casas para ver si cumplían algunos de los requisitos para albergar una bruja en su interior, jeje.
ResponderEliminarRespecto a la obra Boy (relatos de infancia) comparto contigo la idea de que puede dar mucho juego en el aula ya que los alumnos, especialmente de los niveles iniciales,se van a sentir bastante identificados, por lo que conseguiremos difundir esa imagen de la literatura como "espejo", en el que vemos reflejados nuestros propios sentimientos y vivencias, por más que pasen los años. Así que buena recomendación ;)
Sin duda la empatía funciona. Gracias a esta obra, pueden confirmar que todo aquello que están experimentando es común a todos los jóvenes del mundo y que no son bichos raros por hacer, pensar o sentir "cosas raras".
ResponderEliminarMuy acertada tu elección ;)
Patri, ¡me acabas de transportar a mi juventud! Me leí este libro (y casi todos los de Roald Dahl, recuerdo que me encantó y que me dio alguna que otra idea en relación a pequeñas trastadas. Me parece una gran obra para proponer a los alumnos porque se sentirán muy identificados y les entretendrá muchísimo.
ResponderEliminarMi entrada también va a estar relacionada con la infancia que es universal como los sentimientos de los que hablas. Veo que hemos coincidido unos cuantos, y me alegro. Quién pudiera regresar a esa infancia que nos saca la lengua con esta vista de ahora. Como fan número uno tuyo, Patri, me ha encantado tu reseña tan flor abierta, tan luz prendida, tan verdad como un libro juvenil que nos rescata del naufragio.
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ResponderEliminarNo conocía esta obra. Sin duda es una buena recomendación para los chicos que ya hayan leído "Charlie y la fábrica de chocolate" o "Matilda" y les haya gustado. Además por lo que dices se aparta de este tipo de cuentos, es más realista y pueden verse identificados a pesar del tiempo transcurrido.
ResponderEliminarHay un artículo de Felipe Zayas (disponible en el campus virtual) en el que se recoge, precisamente, una propuesta didáctica sobre un fragmento de este libro. Puede ser interesante para ver cómo podríamos utilizar esta obra en el aula, en este caso, en relación con la expresión de los sentimientos a través de la lengua escrita.
ResponderEliminarRoald Dahl siempre consigue conectar con los jóvenes (y con los adultos), así que me parece una lectura muy adecuada. Este libro en concreto no lo he leído (lo cual remediaré en cuanto pueda) pero seguro que provoca risas tan inocentes y a la vez traviesas como las que surgen al leer Matilda.
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